En RENACER, lo inesperado cobra protagonismo: bolsillos que son faldas y forros que se exhiben como arte textil.
La moda necesita, de vez en cuando, un respiro. Una pausa que permita mirar con otros ojos lo que ya conocemos. En esa búsqueda de renovación estética nace RENACER, la nueva colección primavera-verano 2025 de Adolfo Domínguez. Una propuesta que transforma lo habitual en algo inesperado, manteniendo la esencia de la firma y abriendo paso a una nueva forma de entender el diseño.
Este nuevo capítulo creativo surge desde una hoja en blanco. La firma ha dejado atrás sus propios códigos para repensar cada prenda. ¿Cómo se reinventa una silueta? ¿Cómo se altera un patrón sin perder identidad? En RENACER, la moda se redescubre.
Una deconstrucción elegante: el laboratorio creativo Ágora
El corazón de esta propuesta es el Laboratorio Creativo Ágora. Desde allí, los equipos creativos de la marca se sumergen en un proceso colectivo, sin jerarquías ni líneas separadas, para construir desde un mismo concepto. El resultado es una colección que se permite jugar con los límites de las formas y los significados.
Prendas que cambian su función tradicional: bolsillos que se convierten en faldas, forros que migran al exterior como declaraciones estéticas. Es una deconstrucción sutil, que rehace las reglas con inteligencia y estilo. Porque la moda no solo viste, también comunica. Y en esta ocasión, el mensaje es claro: hay belleza en lo inusual, hay frescura en lo reinterpretado.
César Vicente, imagen del avance de temporada
El actor César Vicente, conocido por su participación en Dolor y gloria de Pedro Almodóvar, es el rostro elegido para protagonizar el avance de la colección. Su imagen aporta autenticidad y frescura, conectando con el espíritu transformador de RENACER.
Más allá de una campaña visual, su presencia refuerza la narrativa emocional de la firma: esa búsqueda de lo genuino, lo imperfecto, lo espontáneo. Vicente representa esa belleza sin artificios que Adolfo Domínguez ha defendido durante décadas, bajo la filosofía de que “la arruga es bella”.
Sobre Adolfo Domínguez: una firma con historia, ética y visión
La historia de Adolfo Domínguez comienza en 1950, en un pequeño taller familiar de Ourense, Galicia. Allí nace El Faro, una sastrería-camisería que sembraría las raíces de lo que hoy es una firma de proyección global. En 1976, el nombre propio de Adolfo Domínguez se consolida como marca, marcando un quiebre en la estética del tardofranquismo español. Sus propuestas de líneas relajadas y tejidos naturales ofrecieron un nuevo canon, más libre y más humano.
En 1982, la casa acuñó una frase que pasaría a formar parte del imaginario cultural: La arruga es bella. Con ella, no solo se defendía la nobleza del lino y los materiales orgánicos, sino también una visión del mundo: valorar la autenticidad sobre la perfección. Tres años después, L’Uomo Vogue dedicaba a la firma un reportaje monográfico, consagrándola como referente europeo de la moda de autor.
A principios de los 90, la firma lanzó su icónica fragancia Agua Fresca, aún hoy muy querida en España. Poco después, comenzó un proceso de internacionalización que hoy se traduce en presencia en más de 26 países, con especial fuerza en México y Japón.
La historia no ha estado exenta de desafíos. Tras la crisis de 2008, la firma vivió un momento de reinvención. En 2017, Adriana Domínguez asumió el liderazgo y, con una campaña audaz (Sé más viejo), inició una nueva era: unificación de líneas, regreso a la rentabilidad y recuperación de la relevancia social.
Desde entonces, la innovación ha seguido marcando el rumbo: el método creativo Ágora (2019), el primer personal shopper con inteligencia artificial en Europa (2020), un nuevo modelo de tienda con enfoque local (2021), y experiencias inmersivas que reformulan el concepto de desfile tradicional (2022). Todo bajo una premisa clara: el compromiso con el planeta y con las personas no es una tendencia, es parte del ADN de la marca.
Adolfo Domínguez: presencia global con alma de autor
Hoy, la firma cuenta con 362 tiendas distribuidas en 26 países. Pero más allá de las cifras, lo que define a Adolfo Domínguez es su coherencia estética y ética. RENACER no es solo una colección, es la confirmación de que la moda puede seguir hablando en voz propia, sin estridencias, sin imposturas. Con lo mismo, algo distinto. Así es como se avanza.
