Julio del 2025 llega con siluetas frescas, tejidos naturales y una paleta llena de energía.
El mes de julio marca el punto más alto del verano en muchas regiones del mundo, y con él llegan nuevas apuestas de moda que redefinen lo que significa vestir con estilo y frescura. Este 2025, las tendencias combinan lo funcional con lo audaz, en una temporada donde el cuerpo se libera, los tejidos respiran y los colores inspiran movimiento.
Julio trae consigo una actitud de cambio: los armarios se llenan de prendas versátiles, siluetas relajadas y detalles que hacen guiño tanto a lo nostálgico como a lo experimental. La estética dominante se mueve entre lo artesanal, lo natural y lo urbano, con una fuerte influencia del estilo Y2K y el romanticismo moderno. Aquí, un recorrido por las principales claves del vestir este mes.


Colores en tendencia para julio 2025
La paleta cromática de julio 2025 está marcada por la vitalidad. El color mandarina vibrante se posiciona como uno de los más vistos en prendas clave como vestidos, trajes de lino y tops estructurados. Su energía optimista encaja perfectamente con el espíritu veraniego.
Otro protagonista del color es el verde menta, una tonalidad suave que refresca y aporta serenidad, ideal para tejidos livianos como el algodón y el popelín. Además, el amarillo girasol vuelve con fuerza, asociado con la luz solar y la alegría, y aparece tanto en piezas formales como en accesorios.
En contraste, los neutros cálidos como el arena, el beige y el blanco hueso continúan presentes, permitiendo equilibrar los looks más llamativos o crear combinaciones tonales con un aire sofisticado. El color rosa orquídea, por su parte, mantiene su lugar privilegiado en vestidos fluidos y blusas con volantes, alineado con el auge de lo romántico.


Prendas clave del verano 2025
Una de las siluetas que más domina en julio es la del vestido largo de corte minimalista, con tirantes finos y escotes sutiles. Este tipo de prenda se adapta a cualquier ocasión, desde un almuerzo informal hasta una salida nocturna. Se llevan en tejidos frescos como el lino, la seda y las mezclas con viscosa.
Los shorts tipo boxer también ganan protagonismo. Inspirados en la ropa de descanso masculina, se han transformado en una pieza de calle, gracias a su diseño cómodo y favorecedor. Se combinan con tops estructurados o camisas amplias, y suelen venir en estampados gráficos, rayas o tonos sólidos.
El mono utilitario regresa con ajustes más relajados, ideal para quienes buscan una prenda única que resuelva el look completo. En colores como azul petróleo o terracota, estos monos resaltan la estética práctica sin perder estilo.
Además, se observa un fuerte regreso de los tops asimétricos, con un solo hombro o cortes irregulares, que aportan dinamismo al conjunto. También continúan las faldas envolventes, que evocan la elegancia de lo artesanal, con detalles como nudos laterales, aberturas altas y bordados hechos a mano.

Estampados, tejidos y accesorios en auge
En cuanto a estampados, los motivos botánicos y florales tropicales se mantienen como los más buscados. Le siguen los estampados tipo batik y los degradados, que evocan técnicas artesanales de teñido. Por otro lado, el estampado de cebra ha ganado presencia como una alternativa moderna a los prints animales tradicionales, incorporado sobre todo en vestidos y pantalones ligeros.
Los tejidos tienen un enfoque consciente: se priorizan las fibras naturales y las texturas que permiten transpiración. El lino, el crochet, el popelín y el tejido de red están entre los favoritos del mes, usados tanto en prendas superiores como en complementos.
Los accesorios de julio siguen la línea de lo funcional con un toque lúdico. Las sandalias tipo fisherman y los zapatos con plataformas bajas dominan el calzado, mientras que los bolsos pequeños tipo canasta o de malla se llevan al hombro o cruzados. Las gafas de sol con formas geométricas y los pañuelos de seda anudados a la cabeza complementan los looks con un aire nostálgico.
Las joyas doradas de diseño orgánico, como pendientes irregulares o anillos de gran tamaño, siguen siendo un recurso clave para elevar cualquier atuendo. También se destaca el uso de collares tipo choker, elaborados en materiales naturales como piedras, cuerdas y cerámica.


Influencias estéticas y estilos que marcan pauta
A nivel estilístico, se consolida la tendencia de los looks monocromáticos, especialmente en tonos tierra, que aportan una sensación de sofisticación sin esfuerzo. El estilo coastal casual, una evolución relajada del “coastal grandmother”, invita a mezclar prendas sueltas, tejidos nobles y accesorios que evocan la vida cerca del mar.
El romanticismo contemporáneo también se siente con fuerza. Vestidos con volantes, mangas abullonadas y escotes en forma de corazón encuentran su lugar incluso en contextos urbanos, mientras que los detalles como lazos, bordados o drapeados elevan prendas simples con una carga emocional sutil.
Por último, el regreso del estilo años 2000 continúa influyendo en el armario con pantalones de tiro bajo, cinturones con hebilla ancha y gafas rectangulares de colores. No se trata de una copia literal de la década, sino de una reinterpretación más refinada y consciente.