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Diseño emergente y sostenible: la propuesta transformadora de Flying Solo

Diseño emergente y sostenible: la propuesta transformadora de Flying Solo

En un mundo donde el diseño de autor lucha por abrirse paso en un mercado cada vez más competitivo, Flying Solo se posiciona como un faro de oportunidad para las marcas emergentes. Esta plataforma con sede en Nueva York actúa como una incubadora de moda revolucionaria, reuniendo a creadores independientes de todas partes del mundo bajo un modelo de negocio colaborativo, sostenible y altamente efectivo. Con presencia física en el corazón de SoHo y Paris, Flying Solo está redefiniendo cómo el diseño de autor puede ganar visibilidad, ingresos y conectar con la industria global.

Un modelo de negocio alternativo para tiempos nuevos

Elizabeth Solomeina, cofundadora y directora general de Flying Solo, lo resume con claridad: “Queremos apoyar a las marcas en su proceso de crecimiento, ofreciéndoles un espacio en el competitivo mercado neoyorquino y dándoles herramientas reales para impulsar tanto su exposición como sus ventas”.

Este concepto va mucho más allá de ser una tienda multimarca. Flying Solo se erige como una comunidad, donde los diseñadores pueden compartir no solo un espacio físico, sino también experiencias, conocimientos, contactos y recursos. Esta sinergia ha dado como resultado un ecosistema de moda inclusivo y accesible, donde el talento se potencia a través de la colaboración.

El lujo de tener presencia en SoHo sin caer en la ruina

Para una marca pequeña o emergente, contar con un local propio en SoHo, uno de los barrios más codiciados del mundo en cuanto a moda y consumo, es un sueño casi inalcanzable. Sin embargo, al formar parte de Flying Solo, estos diseñadores no solo obtienen un escaparate en una ubicación estratégica, sino que también acceden a beneficios adicionales que incluyen:

  • Participación en semanas de la moda de alto perfil: como la New York Fashion Week, la Paris Fashion Week y la Miami Swim Week, donde sus colecciones son vistas por compradores, influencers y medios internacionales.
  • Colaboraciones profesionales: acceso a redes de estilistas, fotógrafos, publicistas e influencers para la creación de contenido visual, campañas publicitarias y editoriales.
  • Venta digital sin complicaciones: posibilidad de comercializar sus productos online sin necesidad de crear una tienda virtual propia ni enfrentar la compleja logística del comercio electrónico.
  • Promoción constante en redes sociales: Flying Solo gestiona la visibilidad de sus marcas afiliadas a través de plataformas como Instagram, donde supera los 120.000 seguidores, brindando una exposición clave en la era digital.

Actualmente, la plataforma alberga a más de 300 diseñadores y opera en dos locales en SoHo y otro en París, las capitales de la moda más influyentes del mundo.

Detrás del telón: moda con propósito

El enfoque de Flying Solo no es solo visual o comercial. La selección de diseñadores también considera su historia, su impacto social y su enfoque creativo. “Buscamos marcas con una visión original, pero también con narrativas que conecten emocionalmente con el público”, explica Elizabeth.

Este criterio ha permitido incorporar a la plataforma a talentos latinoamericanos con propuestas éticas e innovadoras, como:

  • Volta Atelier (Brasil): una marca que reutiliza cueros descartados por fábricas para crear bolsos artesanales. Cada pieza es cocida a mano, fomentando la economía circular y revitalizando tradiciones culturales olvidadas.
  • Lorena Perazzo (Argentina): su propuesta mezcla moda y joyería mediante la confección artesanal de accesorios que evocan la cota de malla medieval, elaborados con anillos de plástico y aluminio reciclado.
  • MPAZ STUDIO (Colombia): una marca que desafía el modelo de consumo tradicional con piezas confeccionadas a partir de textiles rescatados. Su objetivo es evitar el desperdicio textil, creando ropa moderna y funcional.
  • Re(blue) (Brasil): una firma especializada en denim circular y consciente, que apuesta por procesos industriales sostenibles sin renunciar a la innovación y el diseño vanguardista.
  • Fansy (Argentina): de la mano de Virginia Saiach, esta marca elabora prendas 100% hechas a mano, con una visión clara hacia la slow fashion, donde cada colección es atemporal y se vincula armoniosamente con las anteriores.

El cliente como parte de la historia

Flying Solo ha conseguido construir una comunidad de consumidores que valoran mucho más que una etiqueta. “Nuestros clientes no compran por la marca, sino por el diseño, la calidad y el trabajo artesanal que hay detrás de cada prenda”, afirma Elizabeth. Este nuevo consumidor busca transparencia, originalidad y sentido en lo que viste. Y en Flying Solo, lo encuentra.

¿Por qué los diseñadores eligen Flying Solo?

Fernanda Daut, fundadora de Volta Atelier, no duda al responder: “Me uní a Flying Solo porque entendí que era la plataforma más completa para diseñadores emergentes. Compartir recursos y conocimientos con otros creativos es un sueño hecho realidad. Además, tener un local en SoHo sería inalcanzable para una marca autofinanciada como la mía”.

Por su parte, Elena Rudenko, otra diseñadora de la comunidad, destaca la posibilidad de externalizar funciones clave del negocio, lo que le permite enfocarse en el desarrollo creativo: “Flying Solo nos libera de las tareas administrativas y de marketing. Solo tenemos que concentrarnos en diseñar colecciones espectaculares y trabajar con las modelos. Es un entorno que favorece la creatividad y el amor por la moda”.

Colaborar para crecer

El modelo colaborativo también permite reducir costos y multiplicar oportunidades. Fernanda menciona las sesiones fotográficas compartidas como un ejemplo clave de esta dinámica: al dividir gastos entre varios diseñadores (modelos, fotógrafos, maquilladores, estilistas), se generan sinergias que benefician a todos. Además, este enfoque crea un entorno fértil para el networking y el surgimiento de proyectos en conjunto.

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Laura Tobón

Un cambio de paradigma en la industria

Flying Solo no solo es una tienda ni una plataforma más. Representa un nuevo paradigma en el mundo de la moda, uno que promueve la consciencia ambiental, la inclusión de talentos diversos y una forma de trabajo más colaborativa. Su propuesta se alinea perfectamente con las tendencias actuales del sector, donde los consumidores buscan autenticidad, propósito y sostenibilidad.

Además, demuestra que la unión entre diseñadores puede ser más poderosa que la competencia individual. La colaboración permite alcanzar objetivos que serían imposibles en solitario y abre la puerta a nuevas formas de hacer negocio dentro de una industria que tradicionalmente ha sido excluyente y elitista.

Flying Solo se ha convertido en una plataforma transformadora para diseñadores de moda emergente, ofreciendo herramientas reales, espacios de visibilidad internacional y un entorno de colaboración sin precedentes.

Como lo resume Fernanda Daut: “La clave está en aprender constantemente, conocer a fondo a tu cliente, manejar tus números y probar tus productos. Flying Solo es el trampolín perfecto para quienes creen en su talento y apuestan por una moda más ética y colaborativa”.

Para diseñadores independientes que sueñan con dejar huella en la industria, Flying Solo no es una gran oportunidad.


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