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El lujo que deseamos: la experiencia de vivir con intención

El lujo que deseamos: la experiencia de vivir con intención

El lujo no es solo un objeto costoso ni un capricho reservado a pocos. El lujo verdadero es una sensación, una atmósfera, un estado mental. Es el arte de rodearse de lo extraordinario, no para exhibirlo, sino para vivirlo. No se trata de imitar un ideal impuesto, sino de crear una estética personal, íntima, fiel a tu esencia.

El silencio y el espacio también se han vuelto lujos. En un mundo donde todo compite por nuestra atención, el tiempo sin interrupciones, los entornos calmos, la posibilidad de simplemente estar en paz se convierten en bienes cada vez más valiosos.

Vivir con lujo también implica ejercer una curaduría constante. No es acumular por impulso, sino elegir lo mejor con intención. Esa curaduría se traduce en acciones cotidianas: vestir con significado, caminar con presencia, comer despacio, observar con profundidad.

¿Qué impulsa nuestro deseo de lujo?

Desde lo simbólico hasta lo tangible, los seres humanos somos sujetos de deseo. Deseamos pertenecer, destacar, experimentar. Esa pulsión no es frívola: es profundamente humana. Queremos lo bello porque nos conecta con lo que valoramos; queremos lo escaso porque nos recuerda nuestra singularidad.

El lujo ha acompañado esta necesidad desde siempre. En el antiguo Egipto, el lino más fino y los aceites perfumados no eran solo indulgencias, sino símbolos de una vida espiritual elevada. En la corte francesa, el arte de la mesa, el vestido y la conversación construían un ideal de refinamiento como forma de poder y cultura. Hoy, ese mismo impulso nos mueve a buscar experiencias que nos eleven, que nos saquen de lo común y nos devuelvan a nosotros mismos.

¿Cómo ha cambiado el concepto de lujo en los últimos años?

Lo que entendemos por lujo ha cambiado. Ya no basta con mostrar un logo o coleccionar posesiones. El verdadero lujo es tener tiempo para uno mismo, para descansar en un entorno agradable, para conectar con el arte, para elegir lo que consumimos con criterio y por placer.

¿Quienes atrajeron el lujo desde el deseo?

Vivir con lujo en muchas ocasiones es una decisión, una construcción. Muchos primero, lo imaginaron, lo visualizaron, y desde ahí lo construyeron.

Hay marcas que han entendido este nuevo paradigma. The Row, creada por Mary-Kate y Ashley Olsen, encarna un lujo silencioso, minimalista, donde la calidad de los materiales y la pureza de las formas hablan por sí solas. Brunello Cucinelli, el maestro del cashmere italiano, ha construido su imperio sobre el respeto por los artesanos y una filosofía de trabajo con alma. Assouline, editorial de libros de arte y diseño, convierte cada publicación en un objeto deseado. Aman Resorts redefine la hospitalidad: más que hoteles, son refugios para el alma. Loro Piana, con sus tejidos de baby cashmere y vicuña, es vestir la suavidad más exquisita que la naturaleza puede ofrecer.

Este tipo de vida, este tipo de consumo, no es exclusivo de quienes nacieron en el privilegio. Muchas personas han demostrado que comenzar a vivir en la frecuencia del lujo, aunque sea en detalles mínimos, es el primer paso para atraer esa vida. Oprah Winfrey solía decir que cuando era joven pobre, compraba una vela lujosa o se preparaba una comida como en los restaurantes que soñaba visitar. Así empezó a resonar con lo que quería atraer.

Lo que todos comparten es esto: primero resonaron con el lujo como lenguaje interior, como una frecuencia. Lo imaginaron, lo sintieron, y desde esa coherencia, lo atrajeron.

¿Qué transmite el lujo verdadero?

El lujo verdadero se expresa en una serie de valores profundos que van más allá de lo material. Comienza con la autenticidad, entendida no como una imitación de ideales ajenos, sino como la creación de una estética personal, íntima y coherente con quien eres realmente. Le sigue el anhelo de silencio y espacio, porque en un mundo saturado de estímulos, el lujo moderno radica en lo que escasea: la calma, el tiempo sin interrupciones y las atmósferas libres de ruido. También está la curaduría, esa capacidad de elegir lo mejor no por el nombre de una marca, sino por la historia que encierra, la calidad de sus materiales y la experiencia sensorial que ofrece. A esto se suma la presencia, la habilidad de vivir cada instante con los sentidos despiertos: comer con lentitud, caminar con intención, vestir con significado. Finalmente, el lujo se vuelve completo cuando hay conexión emocional, cuando cada objeto o experiencia que nos rodea cuenta algo auténtico sobre nosotros, nuestros valores y la forma en que habitamos el mundo.

    ¿Cuáles son las experiencias más representativas del lujo emocional?

    • Viajes personalizados: No al turismo masivo, sí a los itinerarios curados.
    • Veladas sensoriales: un maridaje equilibrado, música en vivo. Esto no se olvida, se atesora.
    • Wellness transformador: Ya no se trata solo de un masaje. El lujo está en terapias holísticas, ice baths, frecuencias, conexión con técnicas ancestrales.
    • Arte privado: Visitas a ateliers o colecciones personales donde puedes dialogar con los artistas o incluso encargar una obra personalizada.
    • Alta perfumería: Marcas como Maison Francis Kurkdjian o Byredo crean fragancias que no siguen tendencias, sino emociones. Son memorias líquidas.
    • Alta papelería: Una carta escrita con tinta italiana sobre papel hecho a mano puede ser más lujosa que un mensaje en cualquier red social.

    ¿Qué marcas apuestan al lujo con mayor autenticidad?

    Marcas como The Row, creada por Mary-Kate y Ashley Olsen, redefinen el minimalismo como una forma sofisticada de lujo: siluetas depuradas, materiales nobles y una ausencia total de logos que demuestra que la elegancia más auténtica no necesita gritar.

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    Brunello Cucinelli, conocido como el “rey del cashmere” italiano, ha edificado una marca sobre principios éticos, respeto profundo por los artesanos y una estética cálida, sofisticada y atemporal.

    Por su parte, Assouline transforma los libros en objetos de culto; sus ediciones de arte, diseño y viajes no solo informan, sino que elevan cualquier espacio con su presencia curada y exquisita.

    En el mundo de la hospitalidad, Aman Resorts representa mucho más que un lugar para dormir: son verdaderos santuarios de silencio, privacidad y lujo discreto que redefinen el descanso.

    Loro Piana, con su maestría textil italiana y el uso de fibras nobles como el vicuña o el baby cashmere, ofrece prendas que se sienten como una caricia eterna sobre la piel.

    Luxury Life Barcelona, una nueva propuesta de Luxury Weddings Barcelona. Una de las marcas pioneras en lujo como lifestyle. Más que un servicio ofrece una filosofía de vida: un lente refinado que convierte lo cotidiano en excepcional, y que guía a quienes buscan habitar el mundo con experiencias, espiritualidad y abundancia.

    ¿Cómo atraer el lujo a tu vida?

    • Cambia el lenguaje interior: Habla desde la abundancia, la belleza, lo posible. El lujo empieza en cómo te hablas internamente a ti y a los demás.
    • Curaduría diaria: ¿Cómo te vistes en casa? ¿Qué café tomas? ¿Qué música escuchas al despertar? Cada detalle puede ser lujo si lo vives a conciencia.
    • Invierte en calidad, no en cantidad: Un solo bolso con historia, una joya heredable, una pieza de arte que te emocione: menos es más.
    • Viaja con propósito: Elige destinos y alojamientos que resuenen contigo, que respeten el entorno y que te devuelvan mejor de lo que llegaste.
    • Cultiva tus sentidos: Un día de spa, un paseo por una floristería, una copa de vino servida con atención. El lujo está en los sentidos entrenados.


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