En 50 años de carrera Mery Streep sorprende al Festival de Cannes con apenas su segunda aparición en el encuentro, y aunque pueda parecer extraño, la verdad es que esta aparición tiene una razón muy especial: el festival le entregará a la actriz la Palma de Oro en homenaje a sus casi cincuenta años de carrera en los que ha acumulado sin fin de premios y nada menos que tres Oscar. Su legado en la industria del cine es innegable y se ha convertido en talvez una de las actrices más admiradas tanto por la crítica como por el público en general, pero este galardón valida, una vez más, la importancia de su impacto no solo en el cine americano sino en el internacional.
Meryl llegó a la alfombra roja de la ciudad francesa en una clásico vestido totalmente blanco de Dior, algo apropiado para su estilo caracterizado por ser sobrio y elegante, no sin antes tomarse unas fotos en el hotel con un look muy playero, con sombrero de paja, lentes de sol, un traje blanco y una camisa de rayas azules. Un contraste de looks que no es sorprendente para los códigos de estilo del Festival de Cannes que combinan la formalidad de un festival en el que se estrenan algunas de las mejores películas internacionales, pero que se dan en el contexto de una ciudad playera que se caracteriza por la buena vida.

La Palma de Oro fue entregada en una ceremonia y el premio se lo dio su colega, la actriz francesa Juliette Binoche, conocida por películas como El Paciente Inglés y A Fuego Lento. En la velada, que fue bastante emotiva, Meryl no olvidó agradecerle a personas como su manager, su esposo, e incluso a su maquillista que la ha acompañado durante varias décadas en diferentes roles.
“Ver todos esos clips es como mirar por la ventana de un tren bala que vuela desde mi juventud hasta mi madurez y llega hasta donde estoy hoy en día. He pasado por tantos lugares y he visto tantas caras… Pero hace 35 años, cuando vine aquí por primera vez, era ya madre de tres hijos, estaba a punto de de cumplir 40 y creía que mi carrera se había acabado. Y no era una expectativa irreal para las actrices en aquella época. La única razón por la que estoy aquí esta noche y sigo trabajando es porque me siento tan agradecida de la gente con la que he trabajado, incluida Madame La Présidente”. Mencionó la actriz en medio de lágrimas, un discurso que puso incluso a llorar a Juliette, que después le agradeció por haber cambiado la manera en la que industria mira a las mujeres.
Un premio definitivamente merecido para una actriz que además de camaleónica, se ha destacado por su humildad, cercanía y… ¡gran sentido de la moda!

Escrito por: Leonardo Goez