De estar detrás del mostrador del McDonald’s en su ciudad a formar parte del exclusivo elenco de modelos de Balenciaga y, más tarde, convertirse en la predilecta de decenas de marcas de renombre, nuestra compatriota y gran orgullo colombiano nos lleva en un viaje por su trayectoria y los aprendizajes obtenidos en el camino hacia la cima.
Que un desconocido se acerque a ofrecerte formar parte de su agencia de modelos no es algo que esperarías mientras caminas hacia tu trabajo por las calles de Cali. Pero eso le sucedió a Natalia Montero, la extraordinaria modelo que ha puesto en alto a nuestro país en las pasarelas más importantes del mundo.
‘Yo siempre he dicho que el mundo de la moda llegó a mí de una forma muy inesperada. Tuve muchísimo miedo porque era abrir mis ojos a un mundo totalmente desconocido. Era embarcarme en un vuelo hacia un país que tampoco conocía, en donde no hablaba para nada el idioma y no conocía gente’.


Una cosa es que se presente la oportunidad y otra muy diferente es aprovecharla. La posibilidad estaba allí, frente a ella, dar un salto de fe y conseguir la vida que jamás creyó posible o, por otro lado, dejarse consumir por sus miedos e inseguridades y rechazarla.
Un camino complejo con destino feliz
‘Cuando miro atrás, a la niña que trabajaba en McDonald’s, insegura, que no le gustaba cómo se veía y no estaba conforme con su cuerpo, y luego miro a Natalia, de 27 años, cómo ha evolucionado tanto profesional como personalmente, me da mucho orgullo porque realmente nunca pensé llegar a donde estoy ni que podría hacer las cosas que he hecho. Pero es bonito saber que no me quedé en el miedo y que evolucioné para bien’.
Los retos, por supuesto, se hicieron presentes. Desde batallar con las barreras del idioma hasta soportar condiciones a las que no estaba acostumbrada: ‘Recuerdo que llamaba a mi mamá llorando y diciéndole que me quería regresar, que no aguantaba más. Me sentía muy sola y triste. Creo que ella fue de las personas que más me impulsó a seguir. Me imagino porque también veía en mí lo que muchos vieron: el potencial. Gracias a ella fue que no tiré la toalla. Realmente, al inicio, estuve a punto de hacerlo, devolverme a Colombia’.
Después de la tormenta, siempre sale el sol
Después de la tormenta viene la calma. Con siete exitosos años en la industria, puede presumir estar perfectamente aclimatada con esa agitada y caótica vida.

‘Ser modelo implica muchísimas cosas: estar en constante movimiento, sentir angustia y, muchas veces, complejos. También tener que aguantar que otras personas hablen de tu cuerpo, de cómo te ves, y lidiar con diferentes tipos de personalidades. Entonces no es tan color de rosa (…) Te acostumbras a ser trotamundos, a empacar tu vida en una maleta de 23 kilos y a tener muy pocas horas de sueño. También a no ser dueña de tu tiempo. Si me preguntan, sí extraño algo de mi vida pre modelaje, como pasar tanto tiempo como quisiera con mi familia. Aparte, soy animalista: tengo siete perros y tres gatos. Siempre que voy a Cali a compartir con mi familia, amigos y mis animalitos, es muy difícil tener que volver
a trabajar. Y también extraño un poco el anonimato. Pero siempre trato de separar bien, cuándo soy modelo profesional y cuándo soy Natalia de visita en Cali’.
Esa fortaleza con la que se maneja día a día es parte de la herencia que le dejaron las matriarcas de su vida: ‘Mi abuelita
Diela, que en paz descanse, era una mujer demasiado berraca. Desde muy pequeña salió del campo, llegó a la ciudad y aprendió a trabajar, a valerse por sí sola, y esa fue una de las cosas que me inculcó y que más admiro: su berraquera y su perrenque para salir adelante, criar a tres hijos y sostener
un hogar. Y mi mamá también es una mujer sumamente berraca y admirable, que toda su vida ha trabajado — incluso cuando yo estaba en su barriga— para sacar adelante tanto a mí como a mis hermanitos. Mujeres muy luchadoras y echadas para adelante, lo cual admiro profundamente porque fue el ejemplo que seguí de ellas’.
Natalia Montero, sinónimo de constancia y fe
Más allá del contrastante lujo del que ahora la rodea, su mayor tesoro es tener un espacio seguro entre los suyos: ‘Saber que llego a Cali y que puedo contar con mi familia, compartir con ellos, sentarme a tomar un café con mis amigos y reírnos de las
cosas que hacíamos antes. Ese es el verdadero lujo de la vida’.


Para todas aquellas mujeres que buscan lanzarse al ruedo y seguir los pasos de esta inspiradora pionera, tiene tres puntuales consejos que ofrecer.
‘Primero, que se mantengan fieles a sus creencias y a su propósito. Segundo, que sean mentalmente fuertes, que forjen muy bien su carácter porque es un mundo que suele ser bastante competitivo y difícil en ciertos aspectos. Y tercero, que no se dejen apagar si las cosas no salen a la primera como quisieran. A mí no me salieron a la primera, pero afortunadamente toqué más puertas y se me empezaron a abrir una por una’.
Créditos:
Fotografía: Andrés Espinosa
Styling: Iván Ramírez
Entrevista: Luis Téllez
MUAH: Ela Uribe para Chanel Beauty
Set design: Devorah Goldd
Asistente de fotografía: Nicolás Castro
Asistente de styling: María José Salazar
Asistencia en set: Karen Barragán
Mobiliario: Espacio Fluido