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And Just Like That: Vestidos, plumas y drama: así se vivió el estreno más maximalista del año

And Just Like That: Vestidos, plumas y drama: así se vivió el estreno más maximalista del año

Sarah Jessica Parker y el elenco de 'And Just Like That' reafirman el regreso del maximalismo en la alfombra roja

Un estreno, cinco mujeres, muchas texturas y un mensaje: vestirse también es una forma de hablar del presente. El universo de Sex and the City ha vuelto a desplegar su glamur en las calles de Nueva York con el estreno de la tercera temporada de And Just Like That…, dejando claro que la moda sigue siendo protagonista de esta historia. Esta vez, no se trataba solo de lucir bien —sino de reivindicar identidad, goce estético y nostalgia sin disculpas— en un mundo que parece haberse enamorado de la mesura.

Con siluetas dramáticas, plumas, bordados y cortes arquitectónicos, Sarah Jessica Parker, Cynthia Nixon, Kristin Davis, Nicole Ari Parker y Sarita Choudhury convirtieron la alfombra roja en una pasarela maximalista cargada de intención. ¿El mensaje? La teatralidad está de vuelta. Y con ella, las ganas de brillar mucho.

¿Qué dice el retorno del maximalismo en plena era del quiet luxury?

Después de años dominados por tonos neutros, blazers sin estructura y el mantra de menos es más, la moda vuelve a coquetear con el exceso. El péndulo ha oscilado. La sobriedad visual —tan en boga durante tiempos inciertos— cede espacio a una estética más exuberante. No por nostalgia vacía, sino por necesidad emocional.

Este regreso al exceso, impulsado por firmas como Wiederhoeft, Valentino y Oscar de la Renta, se siente como un gesto de resistencia estilística: un deseo colectivo de recuperar la fantasía, de volver a jugar.

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¿Cómo reinterpretó Sarah Jessica Parker la teatralidad en clave romántica?

La eterna Carrie Bradshaw apareció como una heroína romántica del siglo XXI. Su elección fue una oda a la moda con mayúsculas: un vestido azul noche de Wiederhoeft, marca neoyorquina de culto. El diseño estructurado en corsé, con volúmenes asimétricos y tafetán en cascada, parecía sacado de un cuento barroco, pero con el giro cool que solo Parker puede lograr.

Completó el look con sandalias plateadas de glitter y un bolso tipo minaudière de cristal. ¿El beauty look? Melena suelta, ondas definidas y un glow sutil. Carrie no ha muerto —solo se ha vuelto aún más fabulosa.

¿Qué papel jugó Kristin Davis como musa del glamur artesanal?

Fiel al espíritu refinado de Charlotte York, Davis apostó por un vestido columna de Oscar de la Renta bordado al milímetro con flores, cristales y lentejuelas. Una pieza tan meticulosa como encantadora, con escote cuadrado y silueta ajustada, que recordaba a los años dorados de la alta costura americana.

El peinado suelto con ondas suaves y su actitud clásica elevaron el look sin hacerlo predecible. En un evento donde el exceso era ley, ella demostró que lo ornamental también puede ser sofisticado.

¿Quién fue la más teatral de la noche? Spoiler: Cynthia Nixon y su cuento de hadas etéreo

Radical, poética y absolutamente memorable. Nixon apareció con un vestido de Valentino Haute Couture verde agua pálido, adornado con plumas, un gran lazo y una capa translúcida que flotaba como niebla sobre la moqueta granate.

Fue moda como acto de escapismo. Como ópera visual. Como declaración de libertad. El vestido simbolizaba lo que es el nuevo maximalismo: no solo una acumulación de adornos, sino una narrativa emocional y estética que se abraza sin culpa.

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¿Y qué hay de las nuevas integrantes? Nicole Ari Parker y Sarita Choudhury, entre oro y negro

Nicole Ari Parker canalizó el espíritu disco de los años 70 con un mini vestido dorado drapeado con bordados metálicos y una capa fluida. El clutch en forma de esfera y sus pendientes esculturales hicieron del look un tributo al art déco reimaginado.

Sarita Choudhury, en contraste, apostó por un negro atemporal con escote halter y tela satinada. Un diseño minimalista, sí, pero dentro de una narrativa maximalista. El suyo fue el equilibrio perfecto: la pausa en medio del arrebato, la sensualidad contenida.

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¿Por qué esta alfombra roja importa más de lo que parece?

Porque fue una respuesta visual a una década que ha pedido sobriedad. Porque nos recordó que vestirse es también crear un personaje, narrar una historia, mostrarse sin miedo. En un contexto de corrección estética y filtros pastel, And Just Like That volvió a decir: El estilo no es mesura, es carácter.

Que vestirse de forma exuberante no es frivolidad —es una forma de afirmarse. Que llevar plumas, brillos o lazos gigantes no es solo para una alfombra roja. Es para los días en que necesitamos sentirnos vivas. Y que, como Carrie, Miranda o Charlotte, todas tenemos el derecho de hacer de nuestra ropa un acto de expresión sin miedo.


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