Gucci ha tenido momentos sumamente icónicos, su era con Tom Ford fue revitalizadora para la marca y consiguió generar miles de millones de dólares en ingresos a través de las tendencias que ellos mismos crearon y que muchas otras casas de moda importantes siguieron. En una era aún más reciente, Alessandro Michele revivió desde archivos especiales de la marca hasta los controversiales tracksuits con la GG en monograma, abarcando nuevos nichos y mercados que la marca no había explorado anteriormente.
Del maximalismo a los básicos de lujo
La partida de Alessandro Michele liberó un espacio ocupado por el maximalismo casi teatral que caracteriza su ADN y que trajo a Gucci durante su periodo como director creativo. Esta apertura quedó completamente en el pasado con la nueva visión que tiene Sabato De Sarno de la marca y lo que considera ser la nueva versión de Gucci. Desde ropa de seda hasta jeans de botamanga ancha, sus versiones de looks clásicos con un aire de sofisticación, llegaron para generar un cambio representativo para la marca, sus clientes y sobre todo un mercado muy apetecible en este momento, el del lujo silencioso.
El silencio que lidera la industria de la moda
Sabato tiene claro que las tendencias muted (mudas) son las que más venden en este momento, menos logos, menos gráficos y muchas más estructuras y calidad en las piezas, así definió su estrategia al lanzar Gucci Londra y la colección primavera verano menswear, donde las siluetas y los cortes de las prendas tienen más importancia que un monograma o algún elemento ostentoso, donde los estampados no se enfocaban en la marca si no en el arte. Esto nos dirige a algunas de las tendencias más fuertes de las últimas temporadas: “Tenis Core” y “Lujo Silencioso” en donde el protagonismo lo tiene la composición del look completo y no solo una prenda, en donde las estéticas son más simples pero muchísimo más estructuradas.
Lecciones de los básicos no tan básicos de Gucci
Piensa en jeans con estampados florales y pedrería, en combinaciones inusuales como chaquetas de nylon y vestidos de noche hechos de seda, sets de encaje con chaquetas de cuero. Si analizamos estos looks en conjunto, puede que no tengan tanto sentido, pero si pensamos en la identidad individual de cada una de estas prendas y el aporte que le van a brindar a un guardarropa, podríamos hasta dejar de percibirlas como lujo y empezar a visualizarlas como una inversión, al final de cuentas son básicos que no tienen nada de básico.
