Ana de Armas encarna la esencia de la seducción en la nueva colección de Alta Joyería de Louis Vuitton
Ana de Armas protagoniza una oda al savoir-faire Francés, Louis Vuitton presentó Awakened Hands-Awakened Minds, una colección compuesta por 100 piezas excepcionales que reúnen lo mejor de la artesanía de lujo y espíritu innovador del siglo XIX a través de piezas de alta joyería excepcionales. En esta historia, la actriz encarna la esencia de la seducción, tomando como referencia la experiencia única de Monsieur Louis Vuitton, reinterpretada por Francesca Amfitheatrof, la directora artística de la división de Alta Joyería y relojes de la joya de la corona del grupo LVMH.
El pintoresco Saint-Tropez, fue el lugar elegido para contar esta glamurosa historia que reunió a las embajadoras de la firma y algunas amigas de la casa, entre las que se encontraban Phoebe Dynevor (Bridgerton), Jin Chen y Young-ae Lee. Las invitadas se dejaron seducir por íconos como la clásica letra V, los encantadores flecos estilo cordón, y el motivo Monogram Kite que evoca los códigos históricos de la Maison.
Estos elementos fueron re-imaginados magistralmente al tomar como referencia la carpintería de los baúles, en los que se realza la mítica flor del Monograma, y otros detalles que emulan los contornos de los ornamentados interiores de los palacios imperiales, presentes en bellos y armoniosos tejidos que se subliman en piezas encantadoras. Los diseños entrelazados a través de tejidos bicolores de platino y oro amarillo contrastan con los despliegues gráficos de los patrones que rinden tributo a la primera tiara fabricada por la marca.
Piezas de joyería que ostentan una carismática decadencia
La cubana afianza su relación con la firma, y es imagen de su línea de Alta Joyería por segundo año consecutivo, eligiendo para esta ocasión impresionantes creaciones como sofisticadas y elegantes gargantillas que serpentean magistralmente alrededor del cuello. La narrativa está dictada por las piedras preciosas que irradian una deslumbrante belleza, que contrasta con los hipnóticos ojos de la musa. Entre las gemas podemos encontrar una esmeralda de Zambia de 12,92 quilates, unos raros zafiros amarillos, o una excepcional piedra D IF de 15,16 quilates, algunas de ellas talladas en la forma de la Flor del Monograma.
En la propuesta también convergen preciosos mosaicos de diamantes, mismos que refuerzan las composiciones que poseen un vívido despliegue de rubíes y diamantes con talla LV Monogram Star, con el objetivo de multiplicar el brillo de las refinadas creaciones, que hacen eco de la expansión y la innovación a través de escenarios impregnados por la interconexión del movimiento: una nueva interpretación estilizada de la industrialización, en un juego magistral entre la geometría y las insignias de la casa de lujo.
Algunas piezas suman un total de 4.200 horas de trabajo
Encarnando el espíritu viajero de Monseiur Louis Vuitton, esta visión se sumerge en la expansión de los ferrocarriles y la nueva sensación de libertad y descubrimiento que siempre lo motivó. Los eslabones entrelazados se reinventan con remaches que recuerdan los códigos de fabricación de los legendarios baúles de la Maison, creando piezas envolventes, que logran capturar el encanto de París, personificado en un juego de refinamiento arquitectónico.
La velocidad de la modernidad y la rápida industrialización trascienden los diseños que despliegan el icónico motivo repetido del Cometa, mientras se replantea la sensación de movimiento y la rapidez de la época a través de patrones geométricos, realizados con una fascinante mezcla de diamantes. Las piedras preciosas de zafiro brillan con un aterciopelado tono azul, iluminando estas obras de arte que evocan íconos franceses, presentes en algunos collares como en el Victoire que abraza el intrincado movimiento de la Torre Eiffel, dándole una perspectiva invertida única, que une la forma de la torre con la V de la casa.
Escrito por: Damián Torres