No todo fue color de rosa: así fue el camino de Nicola Coughlan para protagonizar ‘Bridgerton’
Luego de varias semanas de espera, que parecieron eternas, los fanáticos de ‘Bridgerton’, una de las series más populares y queridas de Netflix, pudieron ver la segunda parte de la tercera temporada.
Y es que la primera entrega terminó con un impactante pico de emociones, pues ocurrió algo que los fieles seguidores de la historia querían ver desde el minuto cero: el inicio y desarrollo del romance entre Penelope Featherington (Nicola Coughlan) y Colin Bridgerton (Luke Newton).
Con una sensual escena, ambos personajes sellaron su amor, en un carruaje, con un apasionado primer beso. Las imágenes circularon rápidamente en redes sociales y generaron decenas de reacciones en internet.
Gracias a esos dos papeles, la vida de ambos actores dio un impresionante giro. Además de ser ahora dos personalidades con una gran popularidad en la escena cinematográfica del mundo, cada uno ha visto una evolución en su vida personal.
La quiebra y la depresión: el caos que atormentó a Nicola Coughlan
La artista irlandesa es quien llama más la atención, pues, en varias entrevistas ha sido abierta al hablar de su situación económica, aquella que tanto la atormentaba en sus 20’s.
Soñó con ser actriz desde que era una niña, pero la cantidad de respuestas negativas que tuvo a lo largo del camino hizo que buscara otros trabajos para poder suplir sus necesidades económicas. Llegó a padecer de depresión y tuvo que volver a vivir con su familia a causa de sus líos financieros.
“Llevaba, aproximadamente, un año sin haber hecho ninguna audición. No tenía dinero, así que tuve que volver a vivir con mis padres. Estaba muy deprimida. La recuperación fue lenta, no podía ni levantarme de la cama (…) Sentía que había fallado en todo. Sentía que no tenía nada y que había decepcionado a mi familia. Piensas todas esas cosas terribles sobre ti mismo y eso empeoró porque había pedido un préstamo y seguía pensando en las deudas que tenía”, mencionó en una entrevista con ‘Glamour’.
Fue mesera, vendió productos cosméticos, ayudó en una tienda de yogur helado y estuvo trabajando en una óptica, todo para poder pagar su renta y poder sobrevivir. Tenía poco tiempo para hacer castings, hasta que, a sus 30 años, fue escogida para interpretar a Jess en el montaje ‘Jess and Joe Forever’, obra que estuvo, en su momento, en el Old Vic de Londres.
Luego llegó a su vida el personaje de Claire Devlin para la serie ‘Derry Girls’, uno de los papeles que más le dio visibilidad. Saltó después a producciones de alta relevancia como ‘Barbie’, película protagonizada por Margot Robbie y dirigida por Greta Gerwig, y ‘Bridgerton’, serie que hoy la tiene bajo los ojos del mundo del entretenimiento.
El fantasma financiero que todavía persigue a Nicola Coughlan
Hoy, la artista que le da vida a Lady Whistledown, está en una mejor posición, pero no deja de temer por la incertidumbre que significa trabajar en la industria. Así mismo, agradece profundamente su presente y es consciente de los privilegios con los que cuenta en la actualidad.
“Estaba endeudada, con ayudas para el estudio, trabajaba con el salario mínimo y el alquiler era muy alto (…) Tan solo hace cinco años que empecé en ‘Derry Girls’, así que no ha pasado tanto tiempo desde que pude ir a comprar un café y no tener un ataque de pánico (…) el miedo a no tener nada sigue ahí (…) Sabes lo que es no tener todas estas cosas y sabes lo duro que has trabajado para llegar allí”, mencionó en una charla con ‘RTE Guide’.
Nicola Coughlan y su grito de libertad: el desnudo con el que mandó a callar a sus ‘haters’
A pesar de llegar al punto al que siempre quiso en su carrera, ahora lidia con otras batallas. Las criticas a su cuerpo han sido varias y constantes, sin embargo, ella ha decidido no permitir que esto opaque su felicidad. En la segunda parte de la tercera temporada de ‘Bridgerton’, la actriz pidió tener su primer desnudo.
“Pedí específicamente que se incluyeran ciertas líneas y momentos. Hay una escena en la que estoy muy desnuda ante la cámara, y esa fue mi idea, mi elección. Simplemente se sintió como el mayor ‘vete a la mierd*’ de toda la conversación en torno a mi cuerpo; fue increíblemente empoderador. Me sentí hermosa en ese momento y pensé: ‘¡Cuando tenga 80 años, quiero recordar esto y recordar lo jodidamente sexy que me veía!’”, dijo en una entrevista con Stylist.