Efectos del azúcar en nuestra salud física y mental
La alimentación debe ser un proceso en el que prime el equilibrio. No se trata de eliminar el azúcar, pero sí de comerlo conscientemente.
De seguro, al hablar de temas de salud, has escuchado que ‘todo en exceso es malo’. Bueno, esa oración cobra sentido con claros ejemplos, entre ellos, el consumo ilimitado de azúcar. La alimentación es el proceso a través del cual nutrimos nuestro cuerpo para su correcto funcionamiento, por lo que escoger que ingresa a nuestro sistema es de suma relevancia. Se trata de encontrar un equilibrio, en el que comer no sea sinónimo de algo aburrido o tensionante.
Una dieta balanceada no solo nos permite tener una salud física en su mejor estado, sino que también favorece el bienestar de nuestra mente y ánimo. El azúcar, de acuerdo con especialistas, es uno de los enemigos principales de nuestra salud, si lo usamos de maneras desenfrenadas en nuestros alimentos.
¿Qué es el azúcar?
De acuerdo con la Real Academia Española, el azúcar es una ‘sustancia cristalina perteneciente al grupo químico de los hidratos de carbono, de sabor dulce y de color blanco en estado puro, soluble en el agua, que se obtiene de la caña dulce, de la remolacha y de otros vegetales’. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), una dieta sana debe estar compuesta por tan solo un 10% de azúcares al día.
¿Cómo afecta el azúcar al cuerpo?
Un consumo inconsciente de azúcar, en términos de cantidades, puede causarnos varios problemas de salud. La obesidad, una de las consecuencias de la ingesta desmedida de azúcar, es la principal causante de la diabetes tipo 2. A largo plazo, esta sustancia en el cuerpo puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiacas, hepáticas y de tener la presión arterial alta.
El exceso de azúcar en nuestro organismo, además, es muchas veces el culpable de problemas de piel como acné y algunas erupciones. Así mismo, al azúcar se le atribuye ser el principal causante de lesiones dentales como la caries.
El azúcar y la salud mental
Especialistas aseguran que el consumo masivo de azúcar puede empeorar los síntomas de algunos padecimientos de salud mental. No se recomienda la ingesta de muchos productos con azúcares a personas diagnosticadas con ansiedad. Tampoco se recomienda cuando estamos atravesando por cuadros de estrés. A esto se añade que puede complicar lo que rodea a la hiperactividad y a la depresión.
¿Qué hacer para dejar de consumir azúcar?
Cómo se mencionaba antes, no es necesario eliminar por completo el consumo de azúcar, ni hacer de nuestras horas de comida momentos incómodos, se trata, por el contrario, de crear un equilibrio. Recuerda que nuestro cuerpo también la necesita.
Una técnica sencilla y menos impactante es reemplazar lo que ya consumes por otro tipo de productos. Por ejemplo, puedes cambiar yogures tradicionales por preparaciones menos azucaradas como el yogur griego. De la misma manera, puedes agregar dentro de tu lista de snacks algunos frutos secos o frutas. Los arándanos son una de las alternativas preferidas de quienes han decidido modificar su dieta.
Al intercambio se junta la reducción. Baja las porciones de azúcar que sueles consumir en un día. Intenta que el proceso sea gradual para que, a su vez, sea menos agresivo para ti.