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Todo lo que necesitas saber para lavar bien tu cabello graso

Todo lo que necesitas saber para lavar bien tu cabello graso


Aprende a lavar tu cabello graso sin dañarlo y descubre cómo mantenerlo limpio y equilibrado por más tiempo.


El cabello graso es uno de esos dilemas capilares que parece no tener descanso. No importa si lo lavaste hace unas horas: a mitad del día, ya vuelve la sensación de pesadez y ese brillo no deseado en la raíz. Aunque parezca una lucha sin fin, la realidad es que el exceso de grasa se puede manejar, si entiendes qué lo causa y ajustas tu rutina de cuidado con precisión.

Por qué se engrasa el cabello y qué lo empeora

El origen del cabello graso está en el cuero cabelludo. Allí, las glándulas sebáceas producen una sustancia llamada sebo, que tiene la función de proteger e hidratar tanto la piel como el pelo. El problema aparece cuando estas glándulas se vuelven hiperactivas. La genética influye, pero también lo hacen las hormonas, el estrés, la dieta e incluso los productos capilares que usas.

Aprende a lavar tu cabello graso sin dañarlo y descubre cómo mantenerlo limpio y equilibrado por más tiempo. Cortesía de Freepik.

Muchos cosméticos, especialmente los que prometen mucho brillo o una hidratación intensa, están cargados de siliconas y aceites que, aunque al principio dejan el cabello suave, terminan acumulándose y estimulando aún más la producción de grasa. Otro error común es lavar el cabello con demasiada frecuencia, creyendo que así se mantendrá más limpio. En realidad, lo único que se logra es despojar al cuero cabelludo de sus aceites naturales, haciendo que entre en modo de “emergencia” y genere aún más sebo para compensar.

Cómo lavar el cabello graso correctamente

Una buena rutina de lavado puede marcar una gran diferencia. Todo empieza con la elección del champú: debe ser específico para cabello graso, con fórmulas ligeras, preferiblemente sin sulfatos ni siliconas, y con ingredientes astringentes naturales como menta, limón o extracto de ortiga. La idea es limpiar en profundidad, pero sin agredir.

A la hora de lavar, céntrate en el cuero cabelludo. Es allí donde se acumula la grasa. No es necesario aplicar el champú directamente sobre las puntas; con la espuma que escurre durante el enjuague será suficiente. El masaje debe hacerse con las yemas de los dedos, suavemente, para estimular la circulación sin irritar la piel. El enjuague, por su parte, debe ser exhaustivo: los residuos de producto pueden agravar el problema.

Evita el agua muy caliente. Aunque resulta relajante, abre demasiado los poros del cuero cabelludo y puede provocar una producción excesiva de sebo. Lo ideal es lavar con agua tibia y terminar con un chorro de agua fría para sellar la cutícula capilar y aportar brillo natural.

Respecto al acondicionador, no es necesario eliminarlo por completo. Solo hay que saber usarlo. Aplícalo únicamente en las puntas y enjuaga bien. Lo mejor son las fórmulas ligeras, diseñadas para cabello fino o con tendencia grasa, que hidraten sin aportar peso ni residuos.

Cuidados que prolongan la frescura del cabello

Entre lavados, existen pequeños hábitos que ayudan a mantener el cabello con mejor aspecto. Por ejemplo, usar un champú en seco puede ser una solución eficaz para controlar el brillo en la raíz y aportar volumen. Este producto absorbe la grasa de manera inmediata y permite espaciar los lavados sin sacrificar la apariencia.

También es importante evitar tocarse el cabello constantemente. Parece un detalle menor, pero cada vez que pasas las manos por tu melena, transfieres grasa y suciedad. Peinarlo en exceso o cepillarlo agresivamente puede distribuir el sebo desde la raíz hacia las puntas, acentuando ese efecto aceitoso que tanto se busca evitar.

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Los productos de styling deben usarse con moderación. Ceras, mousses, geles o sprays pueden acumularse y apelmazar el cabello, sobre todo si se aplican cerca del cuero cabelludo. Optar por fórmulas ligeras, con acabado mate y aplicarlas solo en medios y puntas es lo más recomendable.

Y aunque suene poco relacionado, lo que comes también se refleja en tu cabello. Una dieta rica en vegetales, frutas, proteínas y agua ayuda a regular la producción sebácea desde el interior. En cambio, los alimentos muy grasos, azucarados o ultraprocesados pueden tener un efecto inflamatorio que se nota también en la piel y el cuero cabelludo.

Aprende a lavar tu cabello graso sin dañarlo y descubre cómo mantenerlo limpio y equilibrado por más tiempo.
Todo lo que necesitas saber para lavar bien tu cabello graso. Cortesía de Freepik.

¿Cuándo consultar con un especialista?

Si has seguido todos los consejos, has cambiado de champú, ajustado tus hábitos y aun así el cabello continúa con un exceso de grasa difícil de controlar, es probable que haya algo más en juego. Algunas condiciones dermatológicas como la dermatitis seborreica, los desequilibrios hormonales o ciertas alergias pueden generar síntomas similares y requieren tratamiento profesional.

Un dermatólogo podrá evaluar tu cuero cabelludo, recomendar fórmulas específicas y, si es necesario, recetar productos medicinales para restaurar el equilibrio. No es un signo de debilidad, buscar ayuda: cuidar tu salud capilar también es parte del autocuidado.


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