¿Qué es un masaje linfático y para qué sirve?
El masaje linfático no solo promete acabar con incómodos síntomas, sino también mejorar el funcionamiento del sistema inmune.
Varias son las técnicas que escuchamos a diario que prometen mejorar nuestra salud o hacernos sentir mejor con nuestra corporalidad. Los masajes linfáticos son algo que probablemente has escuchado. Se trata de una estrategia que promete otorgarnos varios beneficios, y que cada vez toma mayor fuerza en el panorama de estilo de vida y bienestar. Es un procedimiento con varios resultados positivos, y lo mejor, con una ejecución completamente natural.
¿Qué es un masaje linfático y para qué sirve?
Según detallan expertos, se trata de un masaje manual que, como su nombre lo dice, busca estimular el funcionamiento del sistema linfático. Su realización permite eliminar el exceso de líquidos y reducir la presencia de toxinas. Esto, por ende, concluye en la reducción de inflamaciones y en la mejora de la circulación sanguínea.
Tal y como está registrado en portales especializados, se realiza gracias a movimientos lentos que presionan varias partes del cuerpo. El recorrido sigue la ubicación de nuestro sistema linfático, es decir, vasos y ganglios que se encuentran en zonas específicas de nuestra estructura física.
Es de recordar que el sistema linfático es una parte esencial para el correcto funcionamiento de nuestro sistema inmune. Exactamente, se encarga de la eliminación de sustancias en nuestro cuerpo que ya no nos aportan nada y, por el contrario, pueden llegar a ser nocivas.
¿Cuándo se recomienda un masaje linfático?
Este procedimiento, mencionan compañías estéticas, se recomienda cuando hay evidencia en nuestro cuerpo de retención de líquidos, reflejada en la hinchazón; celulitis; hematomas; o acné. También se recomienda a mujeres en estado de embarazo, o personas que se sometieron a alguna cirugía previamente. También se le atribuyen beneficios a este tipo de masajes en personas con estrés y ansiedad.
Es útil, además, para personas con problemas de vena várice, o para personas cuyo trabajo las obliga a estar mucho tiempo de pie o en una misma posición, como un empleo de oficina. ‘El objetivo primordial del DLM (drenaje linfático manual) es realizar de forma manual aquellos movimientos que el sistema linfático no puede realizar por sí mismo, ya que carece de un sistema de bombeo’, se explica en la web de la Clínica Mira Cueto.
¿Con qué frecuencia debes recibir un masaje linfático?
Lo recomendable es hacer dos masajes por semana, sin embargo, la cantidad varía del objetivo del paciente. Casos como la retención de líquidos requieren de una a tres sesiones. Cada una puedes durar entre 50 minutos y una hora.
Lo recomendable es que estos masajes se acompañen de una alimentación balanceada y de rutinas de ejercicio que mantengan al cuerpo en movimiento. El sedentarismo puede perjudicar los resultados del proceso.