La cerámica y su trabajo en la salud mental: un oficio que resiste y sana
La cerámica cumple un papel fundamental en técnicas como la arteterapia. Un oficio ancestral que continúa ganando popularidad gracias a sus beneficios.
Nunca fui precisamente buena para las artes. Dibujar o pintar eran actividades que no estaban en mi radar, no porque no quisiera, sino porque, real, no se me daban. En medio de la insistencia por hacer algo artístico, insistencia que venía desde mi interior, no sé precisamente de dónde, llegó a mí, como una especie de mensaje del más allá, la idea de intentar hacer cerámica. Fue un rotundo sí, y me di a la tarea de encontrar el lugar perfecto para hacerlo. Habita cerámica, sin buscarlo mucho, se posó frente a mí.
Una casita pequeña, con pisos de madera y una escalera rosa, en el barrio bogotano San Felipe, fue la que me vio tomar mi primera clase, y entrar en todo un viaje emocional que, a día de hoy, me sigue enamorando e inspirando. No solo fue el hecho de hacer mi primera pieza en cerámica, y de pensar que al final no era tan mala con las artes, fue el hecho de atravesar por diferentes procesos mentales durante cada uno de los pellizcos que le hacía al material mientras creaba mi primer plato.
Se trató de una reconciliación conmigo misma, de una inmensa lección de paciencia, de sentirme validada en el error, y de sentir que no tiene que ser todo perfecto para que, al final, sea hermoso.
La cerámica y sus efectos en la salud mental
Y es que no es para menos, la cerámica, al igual que muchas otras prácticas artísticas, es usada en la arteterapia. Cuando hablamos de arteterapia, de acuerdo con el portal especializado Salud Mental 360, nos referimos a la ‘intervención psicoterapéutica que utiliza las artes plásticas como medio de comunicación y expresión para recuperar o mejorar la salud mental, y el bienestar emocional y social de las personas’.
La cerámica, entre otras mil cosas, al ser una actividad que requiere plenamente de poner toda la atención sobre una acción y un material, reduce el estrés, aumenta la capacidad de concentración, desarrolla habilidades de movilidad, gracias al moldeado, y activa la creatividad. Quienes hablan de mindfulness califican a la cerámica como una forma de hacer yoga, pues nos desconecta de la realidad que, a diario, nos abruma o sobrepasa.
Habitar en la cerámica: el objetivo de Habita cerámica
Aunque la idea comenzó a gestarse a mediados del 2021, tras los estragos que dejó a su paso la pandemia de coronavirus, fue en 2022 que se pusieron en marcha los planes de crear un espacio en Bogotá en el que la cerámica fuera la protagonista. María Paula Rodríguez, María Alejandra Rodríguez y María Angélica Pérez juntaron fuerzas para crear lo que hoy es un espacio seguro, en la capital colombiana, para crear y habitar a través de la arcilla. Y es que, como lo dijeron ellas mismas en una conversación con Marie Claire Colombia, aunque inicialmente se pensó en Habita como una tienda, fue mutando hasta convertirse en lo que es en la actualidad.
‘Siempre pensamos en compartir eso que nos ha dado la cerámica a todas (…) siempre estamos en el ‘corre, corre’ del trabajo, el estudio, el celular, las redes sociales (…) todo es tan inmediato, tan estresante, y el mismo plan de siempre es ir a comer, ir a tomar (…) entonces era mostrar lo que nos ha dado la cerámica (…) a mí me ha ayudado a reconectar con el arte (…) es mostrar cómo la cerámica no es solo hacer tazas, es un medio para poder desestresarnos, tener un plan diferente con amigos, estar presente, porque uno siempre está pensando en mañana’, menciona María Alejandra Rodríguez, una de las cocreadoras.
La arcilla para reconstruir y sanar
Y es que así como para mí fue terapéutico, la cerámica le funcionó a María Angélica como un método para atravesar el duelo de su papá, y a María Paula como una forma de sanar su corazón roto, aquel que, como mencionan ellas mismas, Karol G no pudo acompañar con su canción Tusa.
‘La cerámica me enfrentó a mi miedo al fracaso (…) me permitía fracasar sin sentirme culpable (…) yo soy muy dura conmigo misma y la cerámica fue como: mira esto, aquí puedes ser un poquito más amable contigo. Si no vuelves a empezar, no vas a aprender, y si no vuelves a empezar, entonces tampoco vas a seguir creciendo (…) siento que la cerámica da mucho eso (…) sí o sí, en algún punto, tienes que empezar desde cero, y no es hacer una nueva pieza, es, en la misma pieza en la que estás trabajando, volver a empezar (…) es como, me caigo, me levanto, me sacudo rapidito y empiezo otra vez. En la vida es lo mismo’, señala, por su parte, María Angélica.
Un espacio seguro creado por mujeres: la cerámica y su energía femenina
Aunque inicialmente no se pensó como un espacio netamente femenino, coincidencialmente así comenzó, e intencionalmente así se ha mantenido. Creado por tres mujeres, que decidieron apostarlo todo para crear Habita, incluso renunciando a sus trabajos convencionales para que funcionara el proyecto, Habita cerámica se ha rodeado siempre de mujeres.
‘Empezamos las tres y siempre ha sido un espacio muy de mujeres (…) Igual, en medio de todo, el campo es un poco machista (…) los ceramistas reconocidos suelen ser hombres, los que venden la materia prima también, y todo lo que se nombra suelen ser hombres (…) pero hay muchas mujeres trabajando el oficio (…) ancestralmente, además, la cerámica la han trabajado mucho las mujeres, entonces sí, fue pura coincidencia que empezáramos tres mujeres, pero sí es común que siempre que hacemos talleres, y vienen profesores invitados, suelen ser mujeres (…) nos gusta mucho trabajar en equipo y apoyarnos entre mujeres (…) esos espacios suelen ser muy sanadores’, reitera María Alejandra.
‘Ha sido un acto intencional en mi vida rodearme de mujeres fuertes, porque tengo en mi familia mucha presencia femenina, tengo puras tías, las que quedan vivas son mis abuelas (…) cuando empezamos el proyecto, creo que sí fue pura casualidad, pero también en mi proceso, mi maestra más importante de la cerámica fue una mujer, y mis maestras en la universidad eran mujeres (…) y creo que la arcilla es una energía muy femenina (…) es entendernos como mujeres emprendedoras, mujeres ceramistas’, añade María Angélica.
Un oficio que no puede dejarse morir
Si en algo coinciden las creadoras de Habita cerámica con los demás artistas de la arcilla, es en que dejar morir este oficio no es una opción. Perpetuar en el tiempo, y en las mentes de muchas más personas, la importancia de este arte, es primordial. No solo para la creación de más piezas, sino también para poner en altavoz los infinitos beneficios que le regala esta práctica artística a la vida humana.
‘Uno de los sueños que tenemos es llegarle a más personas. Enseñarles que los oficios también pueden ser para parchar, y para darle un valor agregado al hecho de aprender a hacer un pocillo, cómo se hace una taza (…) Enseñar el valor del oficio, que la gente se enamore y lo perpetúen en el tiempo (…) que el oficio no se muera’, finalizó María Angélica.