‘Siempre he sido la niña rara’: Elsa y Elmar sobre su estilo y su amor por la moda
En medio de la apretada agenda de Colombiamoda, —uno de los eventos más importantes del país—, Marie Claire, ofreció un brunch para invitadas e invitados especiales para, además de hablar de su compromiso con la industria nacional, poner sobre la mesa de conversación temas que le competen a quienes hacemos parte del panorama.
Elsa y Elmar, artista colombiana que, fácilmente, es una de las voces más importantes de nuestra generación, hizo parte del acogedor encuentro. La artista, que en la actualidad reside en México, se sumó a nuestra celebración en el rooftop Etro del Binn Hotel de Medellín.
Moderada por Ana Galán, la intérprete de Ojos noche, Ni tú ni yo y Gracias habló de lo relevante que ha sido para ella reconocerse a sí misma dentro de la moda. También mencionó lo importan que es para su propuesta artística, crear toda una imagen que la haga sentir ella dentro de una industria que va tan rápido como la cultural.
‘La moda se siente en el estómago’, comenzó diciendo la cantautora al hablar de la forma en la que ha construido su estética. Una tan suya, tan natural, tan genuina. Viene de Bucaramanga, como dijimos anteriormente, o de la ciudad en donde, dice la misma Elsa, nunca pasa nada. En medio de esa quietud que parece inquebrantable, es cuando entra Elsa, a pintar de colores un cuadro a blanco y negro.
Fuera del molde: Elsa y Elmar y la importancia de la fidelidad a sí misma
‘Siempre he sido la niña rara. La niña que encontraba en la tienda el vestido distinto y lo usaba de una manera que en el colegio decían: ‘Elsa, la rara’. Luego entré a la industria de la música, donde tú ves figuras con mucho éxito, ves sus entrevistas, ves todo, y ves cómo te tienes que ver o vestir para llegar a cierto lugar. Increíble, ¿no?’, reveló al confesar que hasta hace apenas siete años logró conseguir la cantidad de dinero suficiente para pagar un estilista, pues antes de ello, no tenía ni idea de que existían.
Elsa era, y es, lo suficientemente libre y rebelde para notar que no estaba siendo ella. Que al verse en las fotos, usando eso que todo el mundo le decía que debía usar porque le lucía, algo no le terminaba de cerrar. Una pieza en el rompecabezas le faltaba y, después de un extenso camino de autoconocimiento, descubrió que lo que le hacía falta estaba dentro de ella.
‘La única persona que sabe cómo se le ven las cosas, soy yo. La única persona que se va a gozar o a estar incómoda el momento de disfrutar la ropa, soy yo’, concluyó Elsa en algún momento de su vida. Esta reflexión llegó cuando se cansó de ser complaciente, como ella misma se calificó, y decidió tomar las riendas de su imagen, aquella que complementa una de las cosas que más ama en la vida: la música.
La moda para Elsa habla mucho de lo que ella misma es, alguien que no tiene entre sus planes delimitarse, para sentirse bien con ella misma o para complacer a las miradas de quienes están al pendiente de ella. ‘La moda puede pasar a ser revolucionaria (…) es la herramienta más directa y efectiva para que le comuniques al mundo como tú te ves a ti misma’, aclara.
La comparación y la insuficiencia: las dos piedras en el camino
Si algo afecta a Elsa, en medio de su seguridad, es la constante comparación y el sentimiento de no ser suficiente. Pensar que algo siempre le falta la ha llevado a huracanes mentales que, con el tiempo, ha aprendido a manejar. ‘Uno tiene dos cabezas: la que le habla, y la que le puede hablar a la cabeza que le habla. Es tener la capacidad de frenar y de decir: ‘a ver, Elsa, estás en locura, comparándote’ (…) Hablo conmigo muchísimo’, comentó.
A veces, sin darnos cuenta, dijo Elsa en la conversación, estamos inspirando a alguien con nuestra ropa. Incluso, en ocasiones, aquellos que nos llaman raro o nos miran de reojo con aparente desagrado, quieren, en el fondo, tener un poco del carácter nuestro pare vestirnos como ‘se nos dé la gana’.