¿Es posible definir el estilo de los Gen Z en un océano de micro tendencias? Olivia Rodrigo nos da la respuesta en el Guts World Tour

Cada generación crea sus propios íconos: modelos a seguir que indican el camino de lo que es “cool” y “trendy”. Y aunque es cierto que antes estos eran más estáticos y lo que un ídolo decía era casi que una orden en los mandatos del estilo, mientras que ahora con la globalización instantánea hace que los estímulos sean infinitos y las inspiraciones tan diversas como las personas, también es cierto que hay personas que reúnen sentimientos colectivos que se traducen en canciones, películas y, por supuesto, tendencias de estilo.

Olivia Rodrigo es el ejemplo perfecto de esto: un super estrella mundial que, por un lado, no se percibe a sí misma como tal y, por el otro, es superestrella no porque sus fans la vean cómo un modelo a seguir sino, más bien, porque ella representa lo que ellos ya de por sí consumían y querían transmitir: el sentimiento colectivo que se había generado por la pandemia, la inestabilidad económica y social y la digitalización que alienó a los jóvenes de un pasado que parecía más divertido y libre. Es decir, ella no creó las tendencias, solo las representó a una escala mundial.

Es precisamente esa nostalgia la que Olivia ha sabido explotar como ninguna otra. Los dos títulos de sus álbumes, Sour (“Amargo”) y Guts (“Entrañas”), nos dan pistas de que lo que los Gen Z y ella, como embajadora de su generación, sienten, no es precisamente alegría sin sentido, sino entendimiento de que todas las emociones son válidas y de que pasar de una balada desgarradora a una canción pop que te hace bailar como desquiciado puede coexistir perfectamente en un álbum y en la cabeza de una persona, y lo hace.

¿Cómo se traduce esto a la moda? Olivia nos lo ha respondido en Guts Tour, la gira mundial de su último álbum. La rebeldía, el desespero y la nostalgia se han convertido en códigos que ella decodificó en claves de looks noventeros que recuerdan al grunge de Kurt Cobain, graphic t shirts literales y atrevidas, shorts cortos que no están ahí para ser sensuales sino para permitirle arrastrarse por el escenario en medio de su furia, y brillo, tanto brillo como puede haber… justo como Paris Hilton en los 2000. Pues son ellos dos, Paris Hilton y Kurt Cobain, lo que Olivia representa para los Gen Z: angustia glamurosa.

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