Historia del voto de las mujeres en Latinoamérica
Si bien ahora el voto de la mujer es un derecho innegable, nos sorprendería lo reciente de este hecho en Latinoamérica.
En uno de los años con mayor cantidad de movimientos políticos a nivel mundial, es común no solo encontrarnos con mujeres ejerciendo su derecho al voto, sino también apareciendo en las boletas electorales para los diferentes niveles de gobierno.
Actualmente existen cinco mujeres ocupando presidencias en la región. Los países de Barbados, República Dominicana, Honduras, Perú y Trinidad y Tobago, cuentan con presidentas que aún tienen años por cumplir. Además existe una presidenta electa en México que ocupará el poder a final de este año. En Venezuela, si bien su nombre no aparece en las boletas, el papel de María Corina Machado es crucial en estas elecciones.
Es increíble entonces pensar, que estas presidentas fueron electas por mujeres que a su vez fueron las primeras en ejercer el voto en su país.
Voto de la mujer en Latinoamérica
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, activistas en todo el mundo se movilizaron para exigir su derecho a votar y ser votadas. El primer país en reconocer esto fue Nueva Zelanda en 1893.
En Latinoamérica, Matilde Hidalgo fue clave para el acceso al sufragio de las mujeres en la región. Originaria de Ecuador, se dio cuenta que en la constitución de su país de 1897 no existía impedimento para que una mujer votara. Fue así como exigió ser inscrita en el padrón electoral de ese año y pudo emitir su voto en 1924. Para el siguiente periodo electoral en 1929 le siguieron todas las ecuatorianas.
En Venezuela, el 8 de mayo de 1944 el Comité Po Sufragio Femenino tomó las calles de Caracas para exigir su derecho. Dentro de la Cámara Legislativa, el senador independiente Jóvito Villalba tomó la palabra para apoyar la reforma constitucional que permitiría el voto a las mujeres. Finalmente, las venezolanas pudieron acudir a las urnas en 1946.
Por su parte, en México el presidente Adolfo Ruiz Cortines había prometido en campaña garantizar el sufragio femenino durante su mandato. Con el retraso de esta promesa una vez ocupada la presidencia, más de 20.000 mujeres se lanzaron a las calles para exigir se les cumpliera y para 1953 pudieron acudir a las urnas.
En Colombia, en 1954 Josefina Valencia y Esmeralda Arboleda, asistieron al Capitolio Nacional para debatir sobre la importancia del derecho al voto de las mujeres colombianas. Tras una acalorada plática se aprobó la reforma constitucional, pero no fue hasta 1957 cuando por fin pudieron ejercer sufragio, en pleno periodo del militar Gustavo Rojas Pinilla.