MET gala 2024. Vestidos recreados con hologramas, uniendo la belleza del pasado con la tecnología del presente.

Para entender cómo funciona una de las noches más importantes del año en la industria de la moda, debemos aclarar dos puntos:

Una cosa es la exposición del Museo Metropolitano de Nueva York, que este año se titula; “Sleeping Beauties: Reawakening Fashion” (Bellezas durmientes: el despertar de la moda). Y otra cosa es el dress code de la gala que marca la apertura de la exposición, mismo al que deben apegarse los invitados que para el 2024 es; “The Garden of Time” (el jardín del tiempo).

La exposición que estará abierta al público, se centra en torno a la idea de traer a la vida prendas históricas que han permanecido “dormidas” (guardadas en archivos) durante mucho tiempo. Andrew Bolton, el actual curador a cargo del Costume Institute, explica que “la idea surgió de la necesidad de rescatar las experiencias sensoriales perdidas de la moda del pasado”.

Pero esta tarea no es fácil, algunas de las 250 piezas son verdaderos tesoros del diseño, denominadas prendas ultrafrágiles. Llevan tanto tiempo guardadas que pueden verse dañadas por la más mínima manipulación. Entre ellas podemos destacar desde un vestido de alta costura confeccionado por Christian Dior, hasta una prenda drapeada de Iris van Herpen, delicada como las alas de una mariposa. Una chaqueta bordada de entre los años 1615 al 1620, o un vestido Alexander McQueen del 2001 confeccionado con conchas cuyo sonido al chocar mientras es usado, fue recreado.

Otra joya que hace parte de la muestra es un vestido de 1887, de la casa Worth hecho en satin, que es tan frágil que incluso ponerlo en un maniquí pondría en riesgo su integridad, motivo por el cual estará reposado sobre una mesa, que podrá apreciarse gracias a imágenes digitales y será presentado en forma de holograma, en lo que será una verdadera experiencia inmersiva.

Para la exposición de este año se utilizó tecnología de vanguardia, como inteligencia artificial y rayos X, para recrear fielmente estas “bellas durmientes” con el fin de despertarlas como hologramas que permiten dar vida a algunos de estos vestidos íconicos, para que los asistentes experimenten no sólo cómo se verían en movimiento. El museo buscó captar con estos avances tecnológicos, aspectos tan importantes como el sonido que hacía una tela, el olor que despedía la misma, y la sensación al tacto.

Todas las prendas expuestas y la información recopilada de las mismas, estará disponible en línea de forma permanente, y cualquiera de nosotros podrá acceder a ella.

“Esta exhibición nos hace reflexionar a profundidad sobre lo que debemos hacer para conservar y mantener la integridad de un objeto”, comenta Max Hollein, el director del Met.