¿Y si la belleza fuera una cápsula suspendida entre el pasado y el ahora? En la era del exceso, Miley Cyrus elige el archivo. Para la portada de su nuevo álbum Something Beautiful + Easy Lover, la artista aparece enfundada —más bien suspendida— en un vestido Mugler de Alta Costura Primavera-Verano 1998 que desafía las leyes del tiempo, del cuerpo y de la estética pop. Esto no es solo styling. Es una declaración. Y sí, es algo más que hermoso.
¿De dónde viene este vestido?
El vestido que lleva Miley pertenece a una de las colecciones más teatrales de Thierry Mugler. Jeu de Paume, presentada en 1998, jugaba con lo corporal, lo escultural y lo casi líquido. Mugler, conocido por sus siluetas extremas y referencias a la ciencia ficción, incorporó en esa temporada materiales translúcidos, efectos metálicos y una visión posthumana de la belleza.
Esta pieza en particular combina lentejuelas iridiscentes que imitan el movimiento del agua con un diseño estructural sostenido por un collar transparente que recuerda a una prótesis futurista. Más que un vestido, es una construcción visual.
¿Por qué Mugler y por qué ahora?
La elección de un archivo de Mugler no es solo estética: es cultural. En los últimos años, el archivo se ha convertido en una herramienta narrativa poderosa, especialmente en la música pop. Artistas como Rosalía, Beyoncé o Dua Lipa han recurrido al pasado para codificar sus conceptos visuales.
En el caso de Miley, Mugler funciona como puente entre lo performático y lo emocional. No es la primera vez que recurre al archivo —ya había llevado piezas de Bob Mackie y Versace vintage—, pero este gesto se siente más contenido, más curado y menos nostálgico.
¿Cómo se sostiene un vestido sin gravedad?
Sin tirantes, sin mangas, sin lógica aparente. Este Mugler se sostiene desde un collar-objeto tallado en resina transparente que parece sacado de una exposición de arte contemporáneo. Más que accesorio, el cuello se convierte en estructura, en sostén invisible, en metáfora: lo bello también se puede sostener desde lo frágil.

¿Qué dice el vestido sobre esta nueva era?
El título del álbum, Something Beautiful, sugiere una búsqueda de lo estético, pero también de lo complejo. El vestido refuerza esa idea: no es un look fácil. Juega con la desnudez, con la ilusión, con la arquitectura del cuerpo.
Hay algo frío en su estructura, pero emocional en su transparencia. No es sexy en el sentido clásico: es técnico, deconstructivo, y habla de una artista que está apostando por la sofisticación visual.
¿Por qué el archivo se siente más actual que lo nuevo?
En plena era de archivos reactivados, el gesto de Miley es parte de un patrón mayor: la moda como lenguaje histórico. Mugler ha sido revalorizado en la última década no solo por su teatralidad, sino por su capacidad para anticipar discursos actuales sobre género, artificialidad, cuerpo y performance.
Con Casey Cadwallader al frente de la marca y una serie de exposiciones retrospectivas en museos clave, Mugler está más presente que nunca. Y Miley lo entiende: elegir una pieza de archivo en lugar de un diseño nuevo no es falta de innovación, sino una estrategia visual con peso conceptual.

¿Es esto una portada o un statement?
Ambas cosas. El uso de archivo para una portada de álbum refuerza la idea de la imagen como extensión del sonido. Miley no está solo lanzando música: está construyendo un universo visual coherente con su narrativa artística.
El Mugler de 1998 funciona como punto de partida y ancla simbólica de esta nueva etapa. No se trata de nostalgia ni de homenaje gratuito. Se trata de reapropiación estética con propósito.
Porque a veces, lo más moderno que puedes hacer es mirar al pasado y saber exactamente qué traer de vuelta.