Hubo un tiempo en que pedir un autógrafo era el gesto estrella al cruzarte con una celebridad. Luego llegaron los smartphones y con ellos, la fiebre del selfie instantáneo. Pero para Sarah Jessica Parker, ícono de estilo, actriz consagrada y musa neoyorquina, ese impulso de inmortalizarlo todo con una foto no siempre es sinónimo de conexión.
En una reciente entrevista en The Howard Stern Show, la protagonista de Sex and the City compartió una reflexión inesperadamente íntima sobre los encuentros con sus seguidores. El clip, ha generado conversación por una simple pero radical decisión: Sarah ya no se toma selfies con fans.
¿Por qué Sarah Jessica Parker ya no se toma selfies con sus fans?
Todo partió con una escena tan cotidiana como reveladora. Sarah Jessica Parker estaba en un aeropuerto cuando una mujer se le acercó directamente con una pregunta que muchos considerarían inocente: “¿Puedo tomarme una foto contigo?”. ¿El problema? No hubo saludo, ni presentación, ni siquiera un “hola”. Solo la inmediatez del clic. La actriz no dudó en responder con elegancia: “Ni siquiera nos conocemos. ¿Cómo te llamas?”.
La mujer se llamaba Julie. Y fue entonces cuando Parker le propuso algo distinto. “No nos vamos a tomar una foto, pero vamos a tener una conversación. Te garantizo que va a ser mucho más significativo”, recordó la actriz.
¿Qué eligió ofrecer en vez de una selfie?
Lejos de tratarse de una negativa altiva, Sarah cumplió su palabra. Primero hizo una parada para comprar comida para su familia, y luego —junto a su hermano— regresó para sentarse con Julie y sus amigas de Minnesota. Hablaron. Se miraron a los ojos. Compartieron un momento real.
En un mundo donde la interacción con celebridades parece haberse reducido a una fotografía para Instagram, Sarah Jessica Parker propone algo más humano y menos efímero: presencia.
¿Es una actitud distante o una lección de cercanía?
El presentador del show, Howard Stern, comentó que su actitud podía parecer “como si estuvieras enseñándole a la gente cómo comportarse”. La actriz, sin perder su elegancia, explicó que no se trata de una lección de moral, sino de establecer un límite que le permita sentirse segura y genuina en sus interacciones.
“Prefiero eso a que alguien se me acerque con la cámara ya lista y me pregunte mientras está haciendo clic. Siempre me sobresalta”, confesó. Para ella, lo valioso no es la imagen compartida, sino el instante compartido. Si alguien se acercara y dijera: “Quizás este no sea tu mejor momento. Me llamo Verónica y estoy emocionada de verte”, entonces sí, ahí hay un espacio para algo real.
¿Está marcando una nueva forma de fan-celebrity connection?
En tiempos donde la accesibilidad digital ha difuminado la línea entre figura pública y vida privada, lo que propone Parker no es rechazo: es redefinición. Con su gesto, nos invita a pensar si acaso el valor de estar frente a alguien que admiramos reside en conseguir una imagen rápida o en poder decir: “Te escuché. Te vi. Estuve ahí”.
Sarah Jessica Parker no está en contra de los fans, sino a favor de recuperar algo que, paradójicamente, se ha vuelto escaso en la era hiperconectada: el contacto humano auténtico.
Lo fácil sería decir que no quiere fotos. Pero lo valiente es explicar por qué. Y Sarah lo hace sin resentimiento ni arrogancia, simplemente con la madurez de quien lleva toda una vida bajo la mirada pública. Prefiere hablar. Prefiere conectar. Y quizás, esa sea la nueva forma de intimidad en tiempos de stories de 15 segundos. Una conversación puede no ser viral, pero sí inolvidable.