Los talones secos son un padecimiento común. Lo cierto es que mejorar la situación no requiere de mayores esfuerzos.
La piel es una de las partes de nuestro cuerpo a la que más le prestamos atención, pues es la que se encuentra visible, y es la que nos habla, en muchas ocasiones, del estado de nuestro interior. Es por ello que estamos tan al pendiente de ella, sin embargo, y en ocasiones, dejando algunas zonas de su estructura de lado. La piel de nuestros pies es evidencia de ello, pues es una de las que más resulta afectada por parte de nuestra falta de interés.
Olvidar cuidar la piel de la planta de nuestros pies puede resultar en una modificación de su textura, es decir, que se torne seca. Al estar deshidratada y descuidada, podemos ver cómo se fragmenta y separa, generando molestias, dolores e inseguridades. Lo cierto es que cuidarla no es tan complejo, y requiere, muchas veces, de menores cantidades de tiempo, si las comparamos con las que le invertimos a cuidar nuestra cara, por ejemplo.
¿Qué significa tener los talones resecos?
Son varias las circunstancias que llevan a que los talones tengan una apariencia de resequedad. Desde el diagnóstico de enfermedades como la diabetes, hasta el uso de calzados hechos con materiales con bajos niveles de amortiguación. De la misma manera, los talones pueden resecarse por la falta de cuidados, o la ausencia de uso de productos como cremas hidratantes.
No olvidemos que la piel de los talones es mucho más gruesa, y no por nada, al final, nuestros pies son los que nos sostienen, siendo la parte de nuestro cuerpo que está en constante contacto con el suelo. Según dermatólogos, la piel de los talones puede llegar a ser cincuenta veces más gruesa que la de nuestras mejillas. A pesar de su sólida estructura, tiene menos grasa que otras partes de nuestro cuerpo, lo que hace que tienda a resecarse, y a necesitar ayudas adicionales para mantener su humedad.
Es importante, antes de comenzar cualquier rutina, acudir a un especialista que revise el estado de la piel y diagnostique lo que hay detrás de su textura. En caso de que sea deshidratación, el tratamiento es sencillo, y requiere de pocos ingredientes y pasos.
¿Cómo hidratar los talones muy secos?
Son varias las estrategias que especialistas recomiendan agregar a la rutina para mejorar la situación. La más popular es encontrar a un pedicurista de confianza, y acudir a sus servicios, mínimo, una vez al mes. Con ayuda de su experiencia, podremos mantener los pies hidratados y limpios, pues no solo se encargará de la piel de nuestros talones, sino también de procurar el bienestar de nuestras uñas.
Otras cosas que puedes hacer es evitar las duchas con agua muy caliente, y asesorarte para comprar calzado que se adecúe a tus necesidades. Opta, también, por usar jabones naturales o con poca composición artificial, por ejemplo, evita los jabones muy perfumados. Escoge, mientras tengas la posibilidad, llevar medias de algodón, para evitar fricciones que empeoren la situación.
Trata, de la misma manera, de aplicar cremas que sean de utilidad para mejorar la situación. Consulta con tu médico para que te recomiende una específica que sea de utilidad para tu caso específico. Masajea tus pies en las noches con ella, al final, no solo estás hidratando tus talones, sino también, relajándote tras un largo día.
La exfoliación también será importante, pero, exclusivamente si tu caso no es de gravedad, pues, frotar cuando la piel está agrietada, podría causarte dolor y molestias. Esta técnica solo será de utilidad si tus pies presentan un cuadro sencillo de deshidratación, pues lo que hará es evitar que se acumule piel muerta sobre tus talones.
