Si alguien le tiene muy poco miedo al riesgo y a jugar con su imagen de mil maneras es Chappell Roan, artista a quien expertos musicales califican como un destello importante al que mirar en el radar del pop. Con su cabello rojo y rizado, y sus maquillajes fuera de lo convencional, la nacida en Willard, Misuri, Estados Unidos, tiene a la prensa hablando de ella, y a los curiosos internautas googleando ¿quién es Chappell Roan?
Con apenas 26 años, y un solo álbum, llamado ‘The Rise and Fall of a Midwest Princess’, lanzado el 22 de septiembre de 2023, la norteamericana enamoró con su voz, sus letras y melodías. Lo cierto es que han sido años de trabajo, no solo para llegar al lugar en el que actualmente se encuentra en la industria musical, sino también para conseguir la estética visual con la que hoy impresiona.
Todo comenzó gracias a YouTube. En ese espacio, Kayleigh Rose Amstutz, nombre de pila de Chapell, compartió algunos temas propios. Cuando tenía 17 años firmó con Atlantic Records, compañía con la que estuvo trabajando cinco años en lo que ella misma ha dicho fue un ‘horrible acuerdo’, pues estaba muy joven para entender todo lo que ocurría a su alrededor.
Chappell Roan comenzó en la música para ser actriz
Según lo ha revelado ella misma, hacer música fue tan solo una jugada que pensó que le saldría bien, en el ajedrez de su vida, para ser actriz. Al comenzar a tener la atención de personas de la industria por su voz, pensó que podría tener las puertas abiertas para comenzar a hacer su debut como artista escénica.
Con la disquera que la firmó, Roan lanzó su EP ‘School Nights’, en el 2017, y se mudó a Los Ángeles para encaminar su carrera. Aquel disco no tuvo el reconocimiento que se esperaba por parte de la disquera, razón por la cual el acuerdo pactado entre ambas partes terminó abruptamente. Su cuenta de banco comenzó a desocuparse, por lo que tuvo que devolverse a vivir con sus padres y a tener trabajos mucho más convencionales.
Con una pandemia ocurriendo, y con sus sueños cayéndose a pedazos, la cantante decidió darle una nueva oportunidad a su carrera, y se devolvió a Los Ángeles en octubre del 2020. El plan era simple: darse otro chance en la música. Si desde ese mes, hasta octubre del 2021, no había ocurrido nada, abandonaría todo de manera definitiva.
Aquel plan pareció haber funcionado como una sentencia, pues, finalmente, Chappell comenzó a ver resultados. Siguió haciendo música, desarrollando presentaciones en vivo, y acumulando fanáticos alrededor del mundo. Hoy, Kayleigh está a la espera de presentarse en los Loollapalooza de Berlín y Chicago. A mediados del pasado mes de junio, la cantante llenó el escenario del Bonnaroo, a las afueras de Manchester, en Tennessee, Estados Unidos; y en abril encendió con su energía la tarima del Coachella.
La influencia del Drag en su estética, su identidad Queer y su diagnóstico de bipolaridad
Su identidad ‘queer’ sobresalió con su disco debut y con el trabajo que hubo detrás de él, aquel que duró cuatro años. Según cuenta, varias de las canciones que escribió las hizo sin siquiera haber besado a una mujer en su vida. “Todo provenía de sueños y fantasías. Encontré mi ‘Queerness’ y mi identidad a través del imaginario del disco”, señaló en una entrevista con el podcast ‘W with Tom Power’.
Escribiendo y haciendo toda la producción visual del compilado de canciones conectó con el Drag. “Me sentí libre, este proyecto me hizo sentir libre (…) tuve una apertura al Drag en Londres, cuando una Drag Queen llamada Crayola me dijo: ‘cariño, eres una Drag Queen, no solo te estás poniendo maquillaje, eres una Drag Queen’. Fue la primera vez que me dijeron algo así”, añadió en la misma charla.
Gracias a eso, algo hizo clic en su interior, y sintió alivio al tener un personaje de respaldo que le ayudara a cuidar de su propio yo: Kayleigh Rose Amstutz. Es consciente de que no quiere hacer música y espectáculos toda la vida, por lo que su personaje Drag le permitirá, en algún momento, ser ella misma, lejos de los reflectores.
Parte de su privacidad y de proteger su propio ser tiene que ver con su personalidad y con su salud mental. Kayleigh, de hecho, ha hablado de su diagnóstico de bipolaridad, algo que la afectó profundamente siendo una adolescente. Al ser un trastorno que no tuvo un diagnóstico temprano, Chappell vivió un pasado tormentoso y confuso que, incluso, la llevó a una fuerte depresión. No entendía lo que ocurría en su cabeza.
Chappell es, para muchos, una promesa del pop, por lo que no podemos esperar para ver que le depara el destino a esta estrella en ascenso.