¿Qué es la eutanasia? Morir dignamente en Colombia
La historia de Javier Acosta pone sobre la mesa de conversación la relación de la eutanasia y los derechos humanos.
Hablar de eutanasia es sinónimo de tener una extensa conversación respecto a la libertad que tiene cada ser humano de escoger cómo, cuándo y dónde terminará su vida. En palabras técnicas, se trata de un proceso médico a través del cual una persona, voluntariamente, y con el fin de evitar sufrimientos y dolores innecesarios, decide morir. Normalmente, es una técnica utilizada sobre pacientes desahuciados, es decir, con padecimientos y enfermedades que, además de degenerativas, son incurables.
Aunque suene como un acto obligatorio en lo que respecta a los derechos humanos, son varios los países en los que esta práctica está prohibida. A su alrededor, aunque sea un tema que solo debería importarle a quién toma la decisión, hay centenares de juicios morales y señalamientos que hacen del proceso algo mucho más complicado. Para algunas religiones, el tema no debería estar en discusión, pues para ellas, la dedición de dar y quitar la vida recae plenamente en Dios.
¿Desde cuándo es legal la eutanasia en Colombia?
Antes de hablar de la historia de este procedimiento en Colombia, debemos recalcar que nuestro país, para el momento, es el único de América Latina en que la muerte de esa manera se encuentra reglamentada. Fue en 1997 que fue despenalizada, y se convirtió en ley en el 2015.
Entre muchos otros, casos como los de Víctor Escobar y Martha Sepúlveda, ambos pacientes que decidieron someterse a una muerte asistida, pusieron sobre la mesa la necesidad de entender que una persona está en completa libertad y derecho de partir de este mundo a su manera, cuando su cuerpo y mente no están en condiciones sanas para continuar. Víctor y Martha tienen en común que se convirtieron en los primeros pacientes en acceder a la eutanasia, teniendo enfermedades no terminales, pero causantes de fuertes dolores y malestares.
Colombia se suma a lugares del mundo como Países Bajos, Luxemburgo, Bélgica, Canadá, Nueva Zelanda y España, en donde la eutanasia está despenalizada. Desde el 2015, en nuestro país, el procedimiento debe ser practicado en los pacientes cuyos casos hayan sido evaluados y autorizados por el Comité Científico-Interdisciplinario para Morir Dignamente.
A esto se suma que, en el 2022, Colombia despenalizó el suicidio asistido para personas con enfermedades graves e incurables. Este procedimiento es diferente a la eutanasia, pues es el paciente quien toma la acción, pero, bajo la asesoría de profesionales de la salud.
¿Quién es Javier Acosta?
Esta semana el nombre de Javier Acosta ha resonado con fuerza en la prensa nacional y en las redes sociales en Colombia. Se trata de un joven colombiano que, a causa de una agresiva enfermedad, se someterá a la eutanasia al medio día de hoy, viernes 30 de agosto.
Acosta es un ferviente hincha de Millonarios, equipo de fútbol colombiano, de hecho, horas antes de su procedimiento de muerte asistida, personas que compartieron las gradas del Estadio Nemesio Camacho el Campín realizaron, en su honor, un conmovedor homenaje en las calles de la capital colombiana.
¿Qué le pasó a Javier Acosta?
Tal y como lo contó él mismo en sus redes sociales, la decisión de acceder a su derecho de una muerte digna surgió por su complicado diagnóstico médico. En un viaje que hizo a Melgar, hace cinco años, Javier contrajo una bacteria en una piscina. Aunque no parecía ser algo de mayor gravedad, todo comenzó a tornarse complicado cuando comenzó a tener incómodos síntomas en su cuerpo, entre ellos, una herida en su glúteo izquierdo.
Aquella herida, que daba la idea de ser superficial, terminó extendiéndose hasta el hueso. El padecimiento que se le diagnosticó, entonces, fue osteomielitis. Los tratamientos hechos a su pierna fueron en vano, pues la infección atacó su otro glúteo. El estado de salud, en lugar de mejorar, empeoró, y la palabra cáncer entró en la discusión. Los médicos le mencionaron que tenía cáncer en su sangre.
‘La bacteria llegó a los tejidos, los huesos y la sangre, tengo cáncer en la sangre. Me diagnosticaron cáncer en la sangre (…) No hay tratamiento que valga. Me salió un ganglio en la cabeza internamente y en cualquier momento me deja sin poder hablar. Mañana me trasladan para otra clínica y lo más duro es que me van a aplicar la eutanasia. Es una inyección que me colocan y me voy a descansar. El viernes a las 12 del día tengo programada la eutanasia, me voy de este mundo despidiéndome de todos’, aclaró Javi, como le dicen de cariño sus seres queridos.
Aplaudimos la libertad que existe en casos como este para decidir morir dignamente. La historia de Javier Acosta pone sobre la mesa de conversación este tema que es tan necesario e importante.
